viernes, 20 de julio de 2012

Diferendo limítrofe marítimo: persuación y disuación

LA CONTROVERSIA DE LA HAYA VISTA POR ESTRATEGAS CHILENOS
Oswaldo de Rivero*

Para destacados  analistas estratégicos chilenos y  Libro de la Defensa Nacional de Chile 2010, la demanda  del Perú en la Haya, “no tiene meritos ni fundamentos”.  Es así  un “eufemismo jurídico,” que oculta  la pretensión del Perú de  cambiar el statu quo derivado de la guerra del Pacifico, del Tratado de 1929 y de los convenios de 1952 y 1954.
Consideran que la diplomacia chilena al   rechazar el pedido peruano de  negociaciones directas, para fijar  un limite marítimo, cometió un error porque la abrió el camino al Perú para demandar a Chile en la Haya.

Si Chile hubiera aceptado negociaciones directas  no estaría ahora litigando en la Haya sino  ejerciendo su  poder de disuasión, dentro de  las  negociaciones directas,  para que estas no lleguen a nada.

El Perú, según ellos, al pretender un cambio del statu quo por medios jurídicos, le ha dado  coraje a Bolivia  para pretender  lo mismo con el tratado de 1904. El Perú ha sido así “temerario,”al patear el tablero geopolítico en el Pacifico sudamericano y no medir las consecuencias  de intentar un cambio del statu quo   que  puede hacer colapsar, la  paz y la amistad, establecida en el Tratado de limites de 1929.

No están tan seguros de ganar. Temen que la Corte de la Haya  de  un fallo que delimite de manera jurídicamente equitativa el área en disputa. Y le dé así  una parte de ella al Perú.  Para ellos, esto cambiaria el statu quo porque el Perú ganaría siempre algo que nunca había tenido y Chile perdería una porción del área marítima donde ejercía soberanía.

Esto lo sospechan también sus políticos y la mayoría de población chilena. Según un  sondeo de opinión pública más del 73% de  los chilenos no están dispuestos a ceder  el más mínimo espacio marítimo al Perú en el caso de un fallo adverso.

Esta tendencia, se refuerza además como resultado de  la impopularidad del Presidente Piñera (22% de aprobación).

Si éste acepta un fallo desfavorable su  impopularidad se convertirá en ilegitimidad. Pasaría a la historia como un presidente chileno repudiado por su pueblo como un mandatario fenicio que, por salvar las inversiones de los empresarios chilenos, cedió dominio marítimo al Perú.  

Y es por esto,  que  Piñera, ahora dice que, no solo  defenderá la soberanía marítima jurídicamente, sino que las fuerza armadas de Chile están listas para defenderla. Lo declaró,  en medio de  tanques Leopardo,  durante las maniobras Huracán 2011, y lo volvió  a repetir  recientemente en mayo de este año, nada menos, ante el pleno del Congreso chileno.  

Sin dudas, este rechazo chileno a ceder  soberanía se fortalecerá  aun más porque el  2013,  que es un año crucial para el fallo de la Haya, es también un año crucial electoral  en Chile, en el cual, la defensa de la soberanía marítima chilena tendrá, sin dudas, campeones en los candidatos presidenciales, tanto  de derecha como de izquierda.

No seamos tan triunfalistas sobre el fallo ni impávidos frente a la amenaza chilena porque será muy difícil, que un gobierno impopular  como el de Piñera  termine su periodo aceptando un fallo que  cercene una área donde Chile ejercía soberanía, o que el nuevo gobierno que lo suceda, se inaugure aceptando  una cesión semejante.

Y es por todo esto, que los estrategas chilenos  sostienen que el  Perú se  equivoca creyendo que la controversia con Chile es jurídica cuando  es geopolítica y además con graves repercusiones  internas  para Chile. Y en virtud de ello,  recomiendan  sacar al Perú  de su “eufemismo jurídico”y obligarlo a practicar una “realpolitik” que “sincere” la peligrosa   situación internacional  creada por  su irrealista demanda en la Haya.

De esta manera, los analistas estratégicos chilenos no son tan partidarios de un proceso jurídico en la Haya a “finish,” sino llegar antes a  un “sinceramiento”  con el Perú,  a través de un “dialogo franco,” es decir, una negociación directa

En este sentido, son muy ilustrativas las declaraciones publicas del experimentado Embajador  chileno, Juan Pablo Lira: “Perú tiene expectativas pero Chile tiene y ejerce soberanía sobre el territorio. Por ende, para Chile será mas duro aceptar un fallo adverso…“ ha llegado el momento de tener un dialogo franco con el Perú”

¿Y como buscará Chile detener un proceso jurídico a “finish” y llevarnos a una  negociación directa? No hay que tener  mucha imaginación. El “sinceramiento” chileno consistirá en disuadirnos, diciéndonos: negociemos para lograr beneficios mutuos sin cesión  de soberanía chilena o vamos a un conflicto. En otras palabra, si el Perú  no acepta  la razón (sinceramiento)  de que  Chile no gana nada en la Haya, entonces habrá que amenazarlo con usar la “fuerza”  para convencerlo.

La hipótesis de un  conflicto con el Perú prevalece así en el pensamiento estratégico chileno y en la preparación de sus  fuerzas armadas. Y es por ello, que Chile ha recurrido en estos años al espionaje y  convertido el proceso de la Haya en un imparable ejercicio de  disuasión al Perú.

ESPIONAJE, DISUACION, INCIDENTE

En efecto, Chile logro con éxito una operación de espionaje obteniendo que el suboficial Victor Ariza le vendiera valiosa  información sobre la Fuerza Aérea Peruana. También hubo intentos de penetrar la base de la Joya, como fue le caso del helicóptero “extraviado,” y luego, rumores de un espionaje en Talara.
En sus actos de espionaje Chile ha demostrado  que lo que más le  interesa es la FAP. Y esto, porque la superioridad aérea es decisiva en todo conflicto armado. Y a pesar, de que Chile ya obtuvo esta superioridad,  le sigue preocupando el grado real de  operatividad de la FAP.  Parecería que  quiere darle total seguridad,  en caso de combate, a sus F16 frente a nuestros MIG 29, y además saber, si nuestra defensa antiaérea sigue arcaica o se esta modernizándose con mejores radares y misiles.
Además,  con la adquisición de un satélite “Fasat-Charlie y de aviones sin piloto (UAV) “Hermes 900,  Chile puede  espiar ahora miles de kilómetros de nuestro territorio e informarse sobre nuestras actividades militares. El territorio del Perú esta  hoy observado por Chile desde el espacio  y desde la atmósfera. Chile se ha convertido así en el “big brother” del Perú.

También  la estrategia  de Chile  ha sido darle al proceso de la Haya  un trasfondo permanente de disuasión con la intención de negociar directamente, antes  o después de fallo adverso,  un arreglo bajo la amenaza de un conflicto.  Y es por esto,  que Chile es el país que más se ha armado en Sudamérica. Inclusive hoy  supera militarmente al Brasil, no con mayor número de unidades de combate y hombres, sino con la  modernidad de su sistema de armas.

Durante el periodo 2000-2011 Chile ha adquirido armamentos por 3,479 millones de dólares. Y solo, entre el 2008, año que comenzó el juicio de la Haya y el 2012, ha adquirido  1, 356 millones, es decir, casi la mitad de sus adquisiciones entre el  periodo 2000-20011.

El Perú vive hoy amenazado-disuadido por  46 modernos aviones F16, por  más de 400 tanques Leopardo, por 2 submarinos Scorpene, silenciosos, que pueden estar sumergidos un mes  y en estas condiciones lanzar misiles. También por 8 fragatas con modernos  misiles navales Harpoon, aviones Awacs,  sistemas de radar avanzados, un satélite con atribuciones militares y aviones sin piloto espías.

La mayor parte de este sistema de armas de naturaleza ofensiva esta desplegado hoy en la frontera norte de Chile y tiene como doctrina la  acción combinada de todos los sistemas de armas  navales, terrestres  y aéreos, en un teatro de operaciones que es el Perú, bajo el mando del Jefe de Estado Mayor Conjunto chileno. La operatividad combinada de estos sistemas  de armas ha sido probado en dos maniobras  disuasivas contra el  Perú: Salitre 2010 y Huracán 2011.

Chile tiene así hoy la capacidad militar  para provocar, antes o después del fallo,  un incidente armado (sin llegar  a una guerra). Este incidente  convertiría la controversia jurídica en un pretendido “uso de la fuerza de parte del Perú,” lo cual  impediría  la ejecución del fallo para llevarnos a un “dialogo franco”, es decir a negociaciones directas bajo su poder de disuasión. 


EL MITO DEL CONSEJO DE SEGURIDAD

En la prensa nacional circulan opiniones que aseguran que  si Chile no ejecuta el fallo de la Haya se podrá recurrir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que  lo obliguen a hacerlo.  Ojalá esto fuera cierto pero no lo es.

Si bien el Art. 94 de la Carta de las Naciones Unidas permite  que el Consejo de Seguridad tome medidas “si lo cree necesario” frente al incumplimiento de los fallos. Nunca  el Consejo  aplicó ni aplicará este artículo porque las cinco grandes potencias permanentes con derecho a veto no quieren  exponerse a ser enjuiciadas  y tener que vetar una  sentencia de la Corte adversa  a  sus intereses.   

Ante esta realidad no es coincidencia que Chile haya presentado su candidatura para ser miembro del Consejo de Seguridad a partir del 2014. Sin duda, siendo miembro estará en una situación diplomática privilegiada para fortalecer aun más la  no acción de este órgano frente a las sentencias de la Corte.

Además, Chile,  como miembro  del Consejo de Seguridad, podría inclusive provocar un incidente armado denunciando inmediatamente ante este órgano  que fue el Perú  que lo provocó. Lo más que haría entonces el Consejo de Seguridad seria promover un arreglo directo entre las partes, lo cual  arruinaría el proceso o el fallo de la Haya, al obligarnos a  entrar en negaciones directas con Chile.


¿QUE HACER?

En un Memorándum, que es un modelo de análisis, en  los más  prestigiados centros de estudios estratégicos del mundo, el eminente  estratega británico Eyre Crowe, frente a la carrera armamentista alemana, dijo:

“No podemos juzgar ni adivinar que es lo que quiere Alemania con su carrera armamentista. El  único elemento objetivo que tenemos frente a este hecho, es que es  sus armas  amenazan al Imperio Británico, y debemos armarnos”

Esto mismo se aplica hoy al Perú. Lo único objetivo que sabemos del armamentismo de Chile es que amenaza al Perú porque la gran parte de sus armas ofensivas están desplegadas en su frontera  norte. El Perú no puede vivir con un vecino que lo espía y le apunta todos los días con sistemas de armas cada vez más sofisticados y mortíferos, y por eso debemos armarnos...

El Perú no tiene otra alternativa que armarse para disuadir  a Chile  a no usar la fuerza. Un  incidente armado, antes o después  del fallo, no estallaría fácilmente si hay disuasión. Es  decir, si existe la posibilidad real de que  Chile sufra un gran daño militar.

Esta disuasión, no significa tener paridad militar con Chile. Según analistas independientes se podría lograr si  el Perú  refuerza urgente y eficazmente  el  poder de la FAP, su defensa antiaérea y  su capacidad blindada y antitanque.

El primer deber  de un gobierno es no correr  ningún  riesgo frente a una objetiva amenaza externa  que pueda afectar la integridad  del Estado. Y sobre todo, en el caso de Chile, humillar de nuevo a todos los peruanos. Si este gobierno nacionalista no quiere ser un día estigmatizado como el peor gobierno de  la historia del Perú,  debe tomar muy en serio la amenaza chilena. 

No debe  darle mayor importancia y prioridad al VRAE que a Chile. Porque, si bien  la amenaza narco-subversiva es importante, en verdad  es más  un problema de falta de Estado, mientras que la amenaza chilena, va dirigida contra la integridad y el honor del mismo Estado  peruano.

La verdad es que si este gobierno no cumple con el principal deber que tiene todo gobierno, que  es la defensa de la integridad y del honor nacional ante una amenaza externa, y nos pasa  de nuevo algo militarmente catastrófico con Chile, no mereceríamos celebrar los 200 años  de nuestra independencia como Estado y Nación.


* Embajador SDR. Artículo publicado en la revista «QUEHACER», Nº 186 del 5/7/2012. Consulta 20/7/2012. 
http://www.desco.org.pe/apc-aa-files/6172746963756c6f735f5f5f5f5f5f5f/18_De_Rivero_qh_186.pdf



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